Génesis: Plantas Que Luchan
Antes de leer esto, debe tener en cuenta, que
entre los primeros boletines y los que aparecen con fecha exacta en el cual
fueron escritos, tienen bastante tiempo de distancia, por lo que a veces,
ciertas ideas o pensamientos van cambiando con el transcurso del tiempo y, con
esto el aprendizaje de por medio.
No soy ni mucho menos un agricultor, ni un
profesional en la materia. Soy simplemente un amante de la vida y de la
naturaleza. Un chico que ha llevado su vida a través del cultivo y conocimiento
de las plantas disponibles para el ser humano. Soy simplemente, un humilde
aprendiz.
Debe saber además que las fotos utilizadas son
sacadas algunas de internet y otras de mi archivo personal, respetando el
derecho de la propiedad de la imagen, no tengo intención alguna de
apropiármelas ni hacerlas de mi autoría, simplemente para explicar y/o hacer
más didáctico todo, además me aferro a mi ideal del libre uso de material para
fines no comerciales, con lo que no le estoy haciendo daño a nadie.
Debemos además recalcar que estos posts fueron escritos cuando no tuve, por un tiempo largo internet, por lo que se acumularon, y los iré subiendo desde ya, para que vean el avance y además puesto que las ideas generalmente cambian.. Es además, en cierto sentido, un planteamiento de futuro y de lucha..
Para comenzar a contarles los
acontecimientos actuales, Debo aclarar la historia de mi huerto primeramente
para entonces contarles un poco más de lo que en estos momentos estoy
intentando montar. A continuación les describo lo que ha ocurrido el último
tiempo, que debe abarcar, si mi memoria no falla, un lapso de aproximadamente
un año.
El primer huerto que tuve (del cual
son la mayor parte de las fotos), se encontraba en la casa de mis padres,
cuándo aún vivía allí y junto a mi madre teníamos un huerto. Con aquella
experiencia, tuve el mayor ingreso de conocimientos y experiencias positivas.
Luego, al salir de aquella casa, estuve viviendo con mi hermano en un
departamento de la ciudad. En aquél departamento de unos cuantos metros
cuadrados, intenté montar en la terraza un pequeño huerto. Allí estuve
intentando cultivar rúcula, lechuga, tomate, albahaca y un par de otras
plantas. A pesar de mi fracaso casi rotundo con aquellas plantas, por la falta
de luz solar directa suficiente para que las plantas pudieran hacer una
correcta fotosíntesis, comencé además con el proyecto paralelo de montar mi
proyecto de vermicompostaje. Mi proyecto fue un poco, por decirlo de alguna
forma, rústico, puesto que utilicé un basurero pequeño en donde lanzaba directamente
los residuos orgánicos que salían de mi cocina sobre tierra y las lombrices,
que inicialmente deben haber sido unas 6 en total.
Había leído hace un tiempo que los
residuos orgánicos antes de agregárselos a las lombrices tenían que pasar por
un proceso previo llamado el compostaje. El compostaje es crear abono para
nuestras plantas con un proceso de descomposición de los residuos. Estos pueden
ser cortes de poda, hojas, ramas pequeñas, restos de frutas y verduras,
cáscaras, pelo, ceniza (máximo hasta un 20%), restos de césped luego de ser
cortado, etc, y todo eso dejarlo que se descomponga intercalando las capas con
tierra. Luego de unos 4 meses (en verano) y 6 meses (en invierno) deberíamos
obtener abono listo y completo para nuestras plantas. Se logra apreciar el
término del ciclo porque hay un cambio de color a un negro más obscuro y el aroma es parecido
al de un bosque.
Haciendo caso omiso quizás o
‘’experimentando un poco’’ decidí agregarle los residuos orgánicos de forma
directa a la tierra en dónde estaban las lombrices. Luego de unas semanas de
haber hecho aquello, leyendo un poco más acerca del tema, descubrí que, en el
compostaje hay un proceso de unos meses en dónde la temperatura aumenta
interiormente (y luego otro en dónde la temperatura comienza a descender para
alcanzar una temperatura más ‘’normal’’, por así decirlo), lo que hace que mueran
algunos organismos del suelo, como las lombrices. Debo admitir que al leer
aquello me asusté un poco, y me desorienté bastante en lo que debía hacer.
Estuve varios días pensando en las posibilidades de ambas opciones, entre sacar
los residuos o dejarlos y ver que ocurría en el camino. Luego de analizar tanto
las ventajas como las desventajas y sus peligros, decidí que la mejor opción,
quizás por morbo, sería el dejar los residuos en la misma tierra con las
lombrices y observar lo que pasaría. Pensé además que, no eran muchos residuos,
por lo que el calor que generaría no podría ser tan grande. Quizás era una idea
estúpida, pero quise aferrarme a aquella idea y seguí con lo planeado
inicialmente.
El riego a mi experimento, debo
admitirlo, fue de alguna forma, sin ningún patrón lógico y cuándo lograba recordar
que quizás estaba seco. Al acercarme a la tierra y observar que esta estaba
seca, regaba un poco, hasta que estimaba que era suficiente. Luego de unos
meses más, tuve la curiosidad de escarbar un poco entre las diferentes capas de
tierra con residuos e ir en busca de la colonia de lombrices, que según lo que
esperaba yo, debiera haber aumentado. Me deprimir al no encontrar ninguna.
Quise abandonar enseguida mi experimento, por la tristeza y cargando la culpa
de que había matado a las lombrices. Sin embargo, más tarde analizando la
situación, me consolé pensando que no había explorado todo el contenido, puesto
que tenía probabilidades de que estas aún subsistieran, por lo que decidí
continuar. Unos meses más tarde me asombré y llené de felicidad al constatar a
unas pequeñas lombrices que navegaban por mares de residuos y materia orgánica.
Al día de hoy, luego de ir a regar a
las lombrices, y al mover simplemente una cáscara de huevo, pude vislumbrar
tres lombrices grandes. Luego de mostrárselas a mi hermano (puesto que el tarro
en dónde se encuentran las lombrices aún sigue en su departamento, puesto que
no he logrado aún trasladarlo a dónde será su nuevo hogar), las regresé a dónde
estaban y, al cubrirlas con la cáscara de huevo noté que en su interior se
encontraban dos más. Mi proyecto, creo yo que está dando frutos y continuaré
adelante. No he tenido problemas con los malos olores (y eso que la mayor parte
de las veces en las cuáles le he agregado residuos de la cocina, no les he
agregado encima tierra), eso sí, y por lo explicado y mencionado entre
paréntesis, he tenido pequeños problemas con las moscas, pero sólo rondan o se
posan encima de las cáscaras y residuos que se encuentran en la superficie. Tampoco se han aparecido insectos grandes y
feos (como los que he visto en ciertas fotos de compost) dentro de la tierra.
Cuando lo traslade en donde estoy
viviendo, dejaré de agregarle directamente los residuos y comenzaré haciendo
compost. Además la intención es agrandar el espacio de las lombrices y hacer
entonces una pila en el suelo en forma de franja. Sé algo de aquello puesto que
me lo han explicado una vez en un taller de lombricultura en el cuál yo por
coincidencia me crucé, pero, esos conocimientos son básicos y, además, hay que
saber que una cosa es saber la teoría, y otra es saber aplicarla en terreno.
Pero bueno. La idea no termina allí.
Además del objetivo principal que es crear un nuevo huerto en tierra
desocupada, la idea es crear un taller de huertos primero entre mis vecinos, y
luego en el sector, para que se vayan expandiendo los conocimientos de los
cultivos de plantas y además, con esto, poder reducir los gastos de la gente de
sectores como los míos en dónde el dinero escasea. La idea a largo plazo sería
llenar de huertos comunitarios o particulares en el barrio y así lograr una
mejor calidad de vida para la gente y expandir el ejemplo a otras comunas.
Poder luego vender los productos sobrantes en ferias libres y repartirse el
dinero entre los que participen y con esto, obtener un ingreso para las
familias. Conozco ya varios ejemplos en otros países que dan muestra de
resultados favorables para este tipo de iniciativas, por lo que sería bueno
comenzar desde ya en nuestro país, en dónde la revolución verde va un poco atrasado.
Montar talleres gratuitos o a un costo muy bajo también es una de las ideas que
tengo en mente para capacitar e incentivar a los vecinos. Intercambio de libros
de interés agrícola, etc. Son algunas de las ideas que ya he pensado y que
serán evidentemente parte del proyecto. Uno de los pilares fundamentales además
que llevará el proyecto es la Autogestión. He pensado en un nombre para este
proyecto, opinen ustedes haber que les parece: creado el 20 de Octubre del año
2011, con, por ahora un miembro activo, damos inicio a Plantas Que Luchan
(PQL), A luchar por los espacios verdes y
de profundos conocimientos en la Jungla de Cemento. Porque las semillas son de los Pueblos y no de las Transnacionales. Porque
la Revolución solo comenzará a través de las raíces.
Nos sumamos a la lucha de todos los hermanos,
pero, también creemos firmemente (como bien lo expresan los amigos de los
Huertos Urbanos de la Bahía de Cádiz, España: ‘’ Los revolucionarios que no tienen huerto, que dependen del mismo
sistema que atacan, y que producen palabras y balas, y no comida ni abrigo, son
inútiles’’
La idea es comenzar desde ya con los
almácigos para un posterior trasplante, sin embargo, debo analizar
cuidadosamente la tierra antes de plantar puesto que no he observado aún en qué
estado se encuentra, aunque dudo bastante que se encuentre apta para las
labores agrícolas deseadas.
Asique, estaré (espero) bastante
ocupado con este nuevo proyecto el cuál, prometo no dejar de subir fotos con
los avances y logros respectivos. Mientras tanto, le envío a cada uno de ustedes
un fuerte abrazo desde Chile. Nos estaremos viendo y los mantendré al tanto de
las progresiones y nuevas ideas que vayan surgiendo.
Plantas Que Luchan.
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